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La tribu Comanche hoy


Bailarines comanches.
Bailarines comanches.

Los aproximadamente 15 mil comanches que viven en el suroeste de Oklahoma siguen orgullosos de su herencia cultural.

Por varias décadas del siglo XIX, guerreros a caballo con armas prehistóricas dominaban tierras estadounidenses durante la colonización del oeste de Texas y otras áreas cercanas de las planicies del sur del país.

Los Comanche, raza azteca de indios norteamericanos, aterrorizaban a otras tribus así como a los colonizadores blancos, creando su propio imperio.

Fueron llamados Señores de las Llanuras. Hoy, ya no pelean con sus vecinos, pero los aproximadamente 15 mil comanches que viven en el suroeste de Oklahoma siguen orgullosos de su herencia cultural.

Los comanches ya no hacen la guerra, pero se conectan con sus tradiciones, fábulas, y su colorido pasado con danzas y cantos en encuentros llamados Pow Wows.

Frank Swift danza con su hijo de cinco años, que asiste a un pre-kinder Comanche.

“Él puede cantar varios himnos comanches, se sabe las letras, las palabras, todo. Sabe más que yo”, señaló.

Swift dice que vive y trabaja en el mundo moderno, pero que mantiene su identidad de indígena estadounidense.

“Estoy orgulloso de quienes somos y de nuestros antepasados”, dijo Swift.

Aunque la Nación Comanche es conocida hoy por su hospitalidad y amabilidad, durante buena parte de los siglos XVIII y XIX, los Comanches y sus tribus aliadas dominaron las ricas tierras de caza de las llanuras del sur, donde abundaba el bisonte.

El avance de la civilización industrial eventualmente aplastó a los comanches y a otras tribus, no sin antes ofrecer una férrea resistencia, según S.C. Gwynne, autor del Imperio de la Luna de Verano, una historia de los Comanches.

“Fueron como la Alemania del siglo XIX, una fuerza geopolítica importante. Los propios Comanches estuvieron muy ocupados exterminando y expulsando a otras tribus indígenas de esas tierras durante 200 años”, dijo Gwynne.

Los intentos españoles de colonizar Texas más allá de las áreas boscosas del este solo llegaban al límite de lo que era llamado Comanchería. Después de 1821, cuando México se independizó, el nuevo gobierno abrió Texas a colonizadores de Estados Unidos con la esperanza, sostiene el historiador, de que pudiesen encarar el problema.

“Se estaban ofreciendo como protección contra los Comanches, esa era la situación”.

La milicia paramilitar de los Texas Rangers aprendió a pelear contra los Comanches en pequeños enfrentamientos, pero fue finalmente el ejército estadounidense quien finalmente los derrotó al invadir su pintoresco escondite en 1874.

Las tropas mataron solo a unos pocos comanches en el sorpresivo ataque pero capturaron y dieron muerte a más de mil caballos, dejando a los indígenas a pie y muriéndose de hambre.

El líder de la última banda en rendirse en Fort Sill, Oklahoma, fue un hombre llamado Quanah. Las autoridades posteriormente supieron que Quanah era hijo de un jefe comanche y una cautiva blanca llamada Cynthia Ann Parker, así que llegó a ser conocido como Quanah Parker.

Cientos de personas aquí se enorgullecen de su filiación con Quanah Parker, quien es reconocido por su liderazgo, especialmente durante la difícil transición a la vida en las reservaciones.

En su trato con soldados, agentes y líderes políticos, Quanah ayudó a su pueblo a sobrevivir y los alentó a mirar hacia el futuro.

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