En algo hay acuerdo
El presidente Barack Obama, con la camisa remangada, llegó sorpresivamente a comprar su almuerzo al restaurante Taylor Gourmet, localizado sobre la avenida Pensilvania, en Washington DC.
Obama ordenó un sándwich de pavo con queso provolone y le fue ofrecido el 10% de descuento y una galleta de obsequio, como parte de la promoción que ofrece el restaurante para los trabajadores que se encuentran con licencia obligatoria sin pago o "furlough".
Además aprovechó para responder a un artículo periodístico y dijo "que nadie puede estar ganando cuando muchas familias no saben cuándo van a recibir su próximo cheque de pago".
Un mensaje esperanzador se sumó a esta anécdota cuando la portavoz del presidente de la Cámara de Representante, John Boehner envío el tuit: "puntos en común, a John Boehner realmente le gusta Taylor Gourmet".
Por cierto, el presidente aceptó la galleta pero no el descuento en su cuenta porque él sigue trabajando.
El presidente Barack Obama, con la camisa remangada, llegó sorpresivamente a comprar su almuerzo al restaurante Taylor Gourmet, localizado sobre la avenida Pensilvania, en Washington DC.
Obama ordenó un sándwich de pavo con queso provolone y le fue ofrecido el 10% de descuento y una galleta de obsequio, como parte de la promoción que ofrece el restaurante para los trabajadores que se encuentran con licencia obligatoria sin pago o "furlough".
Además aprovechó para responder a un artículo periodístico y dijo "que nadie puede estar ganando cuando muchas familias no saben cuándo van a recibir su próximo cheque de pago".
Un mensaje esperanzador se sumó a esta anécdota cuando la portavoz del presidente de la Cámara de Representante, John Boehner envío el tuit: "puntos en común, a John Boehner realmente le gusta Taylor Gourmet".
Por cierto, el presidente aceptó la galleta pero no el descuento en su cuenta porque él sigue trabajando.